Quizá, y junto a la calidad de las canciones, lo que más nos ha llamado la atención es la estructuradel disco: dividido en dos bloques bastante diferenciados: de la primera hasta el final deJericho, donde terminaría el primer bloque; y de la sexta canción, Genteleman, a la última.Todas las canciones están enlazadas las unas con las otras, de tal forma que el ritmo nunca decae.