Cierto es que se tiene que salir fuera de tus propias fronteras para conocer las cosas de las que carecemos a nuestro alrededor. Cosas de las que quizá deberíamos aprender. Hace falta conocer mundo, vaya. Ese mundo, paralelo en muchos casos, y que nos estamos perdiendo.
Esto viene a cuento después de haber dado recientemente una vuelta por el centro de Madrid en busca y captura de ‘reliquias’ musicales para hacer regalos o bien para saciar los pequeños huecos vacíos de nuestra estantería de discos del salón.
Muchas y muy buenas son las tiendas de segunda mano que tiene la capital de España: Discos La Metralleta, La Gramola, Escridiscos, Bangladesh…. Pero una vez que sales de España y pones los pies en Inglaterra te das cuenta de que al menos en el mercado de la música de segunda mano, estamos muy por debajo de la media.
Tal y como están las cosas económicamente hablando, para los melómanos como nosotros,LosLunesNoExisten, esta puede ser una vía de escape hasta de un carácter y filosofía romántica. El disfrutar de una cosa que ha utilizado otra persona y y que ahora la tienes tú entre tus manos y está sonando en tu reproductor de música. De hecho uno de los primeros discos de segunda mano que compré en mi vida fue uno de La Habitación Roja y… ¡Firmado!
Pues bien, en pleno centro de Manchester encontramos ésta pequeña tienda. Y lo de ‘pequeña’ lo decimos por aplicar un apelativo cariñoso porque a una tienda de discos de tres plantas se le puede llamar cualquier cosa menos pequeña. Si nos hubiéramos guiado por el corazón en vez de por la cabeza en el momento en el que entramos en esa tienda, nos habríamos dejado todos los cuartos que necesitábamos para comida en llenar de discos nuestras mochilas y bolsillos del abrigo.
Ofertas de tres discos por dos libras, de dos discos por cinco libras, e incluso de seis discos por 5 libras. No dábamos crédito ya que los discos no eran súper antiguos o de ésos de música clásico o de aquellos que nadie quiere ni regalados. Sino que estamos hablando de grupos como Oasis, Radiohead, The Killers, Kasabian, Travis, Blur… y un sinfín más.
La verdad es que no dimos una vuelta en profundidad a la tienda sino que únicamente miramos con ahínco dos de los pasillos de la primera planta. De la cual nos llevamos en cuestión de un par de minutos unos seis discos. Una gozada ver discos antiguos y discos nuevos o del año pasado por esos precios. Y muy bien conservados.
Para nosotros estos discos sólo se diferencian de los discos nuevos u ‘originales’ en el precinto. Y consideramos que ése plastiquito que quitamos y tiramos inmediatamente a la papelera no debería costar tanto como para que los precios de un cd nuevos sean tan desorbitados o tan diferentes como el mismo disco en el mercado de segunda mano.
Por cierto, comprarse dos discos de Oasis en Manchester tiene su aquel.