Después de la que se lió el año pasado con la segunda edición del Arenal Sound teníamos curiosidad y miedo a partes iguales. No hay que negar que el festival ha intentado mediar sus deficiencias anteriores a la vez que ha potenciado todas sus virtudes. Y parece que lo han conseguido ya que se ha superado en un 15% con respecto al año anterior la afluencia de público. Siendo unos 250.000 festivaleros los que se dieron cita en Burriana desde el 31 de julio al 5 de agosto. Primer fin de semana de agosto, calor, piscina, playa y música. Lo que se transforma en una fiesta asegurada hasta que amanezca o hasta que el cuerpo aguante.

Las quejas que hemos podido ver a través de las redes sociales son básicamente las mismas que las del año pasado. Los sounders no aguantaban en el camping, al que tachan de campo de concentración. Pero seamos sinceros, nosotros lo único desdeñable que le encontramos al camping fue la imposibilidad de meter otra bebida que no fuese agua. Y cómo no, que el camping de la Malvarrosa estuviese a más de 20 minutos andando del recinto del festival sin tener la posibilidad de un transporte público y gratuito para los sounders que lo necesitasen.

Ya se sabe cómo son los campings de los festivales, sin ir más lejos el de Burriana nos recordó mucho a su casi ‘vecino’ camping del FIB. Gente por todos los lados, las tiendas pegadas unas a otras y el calor pegajoso y sofocante. Quizá eso es lo que cabreó a los sounders, pero contra el calor la organización del festival no puede hacer más. En cuanto a los baños tenemos que felicitar a la organización, pese a lo que se diga, tanto en el camping como en el recinto había gran oferta de ellos. Más incluso que en otros festivales en los que hemos estado este año.

Sí es de destacar la mala gestión del proceso de acreditaciones en las fiestas de bienvenida del festival. Fueron muchas las personas que con entrada pero sin pulsera ante las largas colas, se quedaron sin poder asistir a los conciertos en el Beach Club. David Sánchez, director del festival, nos comentó en rueda de prensa que para la siguiente edición intentarán que el proceso de acreditaciones sea más rápido y sencillo

Arenal Sound es un festival ecléctico, tanto por la música como por la gente que se da cita allí. Sea porque con 30 euros puedes disfrutar de una semana de playa y música, o por la cantidad de chicos y chicas que se reúnen en un botellón multitudinario en los anexos del recinto, nosotros a cada dos pasos nos topábamos bien con indies-retro, de esos que llevan gafas de pasta, nuevos modernos y varios chicos y chicas, de cuerpos esculturales bastante artificiales que parecían sacados de Hombres, Mujeres y Viceversa o Arena Mix. 

Nosotros seguimos sin entender por qué dentro del festival había Guardias Civiles; No lo entendemos porque sinceramente es el primer festival donde nos encontramos con esta situación. Cuando dichos agentes de seguridad se encontraban en los puntos de acceso del festival junto a los guardias de seguridad los cacheos de los festivaleros se hacían excesivos. Una vez que los Guardias Civiles se encontraban en otro punto del festival prácticamente no existían los cacheos.

El sonido de los dos escenarios, el Desperados y el Legendario, no podía ser mejor. Grupos como Love Of Lesbian, Kaiser Chiefs, Metronomy, Maga o los noruegos Kakkmaddafakka sonaron apoteósicos, dando muchos de ellos el mejor concierto de sus vidas. Este quizá fue el caso de Mendetz, éxito tras éxito fueron dando las gracias al respetable una y otra vez, se les veía felices y disfrutando del mejor concierto de sus vidas pero… con muy mala baba les cortaron el sonido en su última canción, FutureSex, su final de concierto. Para que en el otro escenario diese comienzo Metronomy.

Los grandes triunfadores del festival en muchas cosas fueron los cabezas de cartel. El jueves era complicado no ver 15 camisetas de 1999 en un solo pestañeo, pero en esta primera crónica nosotros nombraremos las grandes sorpresas del Arenal. Los primeros unos increibles Chinese Christmas Cards, el potente directo de los positivos Grises, y como no, la diversión y el desfase de Kakkmaddafakka. Suerte tuvieron de tocar antes de Two Door Cinema Club. Muchos de los sounders no habían oído en su vida el nombre del grupo y ni si quiera una sola canción, pero al igual que pasó en el Low Cost, resultaron ser lo mejor de todo el festival.

La movilidad de un escenario a otro dependiendo de la hora y del día que fuese era buena o mala. Cualquier día de festival, moverse entre las 4 de la mañana al cierre era prácticamente imposible. Todas esas personas que durante la tarde noche habían estado en el paseo marítimo entraban en masa hacia la electrónica. El recinto del festival era intransitable en esa franja horaria, pero el sábado, día de los irlandeses Two Door Cinema Club, ya a partir de las 9 de la noche era prácticamente imposible trasladarse de un escenario a otro con facilidad. Esta es una de las cosas que consideramos que deberían solventarse desde la organización para la futura edición 2013.

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