Siempre se dice en las críticas de discos que cuando un artista saca un nuevo trabajo ése es el más maduro de la carrera del artista. Quizá este no es el caso de The New Raemon. Quizá él ya tenía adquirida esa madurez desde A propósito de Garfunkel, su primer trabajo. Y, por tanto, lo que descubrimos en  Tinieblas, por fin sean matices y detalles que antes no conocíamos. Ramón Rodriguez no madura disco a disco sino que se crece musicalmente y sus composiciones se vuelven imprescindibles en la vida diaria del oyente.

The New Raemon abandona la protección de Bcore y decide navegar solo autoeditando de la mano de Marxphone Tinieblas, por fin. Un disco de 9 canciones, dentro de las cuales Marathon man merece mención a parte. Quizá sea la que más carga musical tenga, un tema rápido marcado por una fuerte batería y unos toques de guitarra y bajo oscuros, certeros, sucios.

Quizá sea la que más nos ha enganchado del disco pero sentimos amor a primera vista por  Risas enlatadas. Una canción de melodías y melancolías tenues; suaves. Que se van acelarando hasta llegar a una explosión instrumental, armónica y vocal que es prácticamente un desahogo. Como cuando admites que algo no va bien dentro de ti y acabas sacando esa rabia contenida que te estaba atormentando.

No es malo hablar abiertamente de la tristeza, de las tinieblas al fin y al cabo. Es bueno sacar a relucir los fantasmas que no nos dejan conciliar el sueño y puede que por esa razón seamos nosotros mismos los que hacemos de tripas corazón y pongamos en boca de Ramón Rodriguez nuestras propias tinieblas.