Emocionarte: la mejor forma de pasar San Valentín

No lo voy a negar, Carlos del Amor siempre ha sido uno de mis periodistas favoritos. Cuando yo era niña y mis padres veían el Telediario de la uno yo solo esperaba que saliese su voz en cualquier corte o reportaje sobre Cultura. Su voz, su peculiar voz. Y no por el tono o timbre, sino por las palabras que articulaba con ella y lo que encerraban detrás: una particular forma de ver y entender el arte. Su voz destaca lo cotidiano y lo convierte en arte, en lírica. Hace arte con palabras admirando los detalles pequeños, lo normal que pasa desapercibido ante los ojos de otros; de las nimiedades que, en realidad, es lo más emocionante que tenemos en la vida si sabemos apreciarlas.

Esta lectura me ha sorprendido más de lo que esperaba, por su delicadeza. Me ha emocionado de la misma forma que me emociona ponerme delante de varios de los cuadros que se dan cita en Emocionarte. Me ha sobrecogido de forma especial la lectura de Perro semihundido. No conocía ese cuadro de Goya, pero a través de las palabras de Carlos del Amor, sin duda, se ha convertido en uno de mis favoritos. Es desgarrador el relato que lo inicia, identificable y reconocible. Tanto el texto como el mismo cuadro podrían ser la definición exacta y precisa de empatía. Suelo subrayar los libros que leo cuando algo me llama la atención (hay quién pondrá el grito en el cielo por ello, pero para mí es otra forma de amarlos), debo confesar que tengo subrayado de principio a fin el relato que precede a esa pintura de Goya, Me ha extasiado. Y según avanzaba mi lectura, el nudo en la garganta que se formaba con cada una de las palabras apretaba tanto que al final no he podido contener las lágrimas.

Carlos del Amor dice que los cuadros hacen pensar, que plantean infinitas preguntas y yo no puedo estar más de acuerdo con esa premisa, pero sus textos te remueven. A veces te revuelven las tripas de una forma tan incómoda como con Perro semihundido, al igual que ocurre con El vagón de tercera clase. De René Magritte ya estaba fielmente enamorada, pero después de leer el relato dedicado a Los amantes he descubierto que podía enamorarme aún más.

Podría pasarme horas hablando sobre Emocionarte y sobre todo lo que me ha hecho sentir, pero creo que es una novela arriesgada para quién no entiende de arte o para quién no entiende que no hace falta saber de arte para dejarse llevar por las emociones y la cultura. Pero exquisito para aquellos que compartimos esa pasión. Me encantaría una segunda parte con nuevos cuadros y nuevas historias.

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