Richard Ashcroft

The Verve: Bitter Sweet Symphony

Siempre vivimos un momento amargo cuando nuestro móvil de última generación nos avisa de que la memoria del dispositivo no aguanta más fotos, videos, memes, gifs y demás morralla que acumula. Con lágrimas, sudor y hasta un dolor punzante en el corazón, no hace mucho que tuvimos que revisar qué momentos borrábamos, cuáles pasaban al ordenador y qué otros momentos se quedaban con nosotros. Así nos topamos con un documento que hemos considerado histórico y que nos sirve de excusa para montar este reportaje sobre una de las canciones más importantes de la historia de la música. Porque sí, porque Bitter Sweet Symphony lo es, aunque muchos crean que es el gran One-hit Wonder de The Verve.

¿Por qué un simple video de un extracto de un concierto nos sirve para montar un reportaje? Porque como decíamos, el documento es histórico. No lo decimos nosotros solo, el propio Ashcroft lo berrea emocionado al inicio del video: “¡Es vuestra canción, es nuestra canción! ¡Nuestra puta historia! ¡Esto es historia ahora mismo! ¨. Y vaya si lo fue. Aquella noche fue la primera vez que Richard Ashcroft pudo tocar Bitter Sweet Symphony siendo totalmente suya de nuevo, tras más de 22 años. Fue el pasado 26 de mayo de 2019 en el escenario principal del festival Neighbourhood Weekender, tan solo tres días antes él mismo había publicado un comunicado en Twitter (que podéis leer aquí) indicando que el mes anterior, en un gesto amable y magnético, Mick Jagger y Keith Richard habían acordado devolverle su parte de la canción y excluir sus nombres de los créditos.  

Os ponemos en tesitura sobre los acontecimientos para quién no esté al día sobre la historia de esta sinfonía amarga, nunca mejor dicho: la canción fue el primer sencillo de Urban Hymns, el tercer disco de estudio de The Verve. Para su composición The Verve había pedido una licencia para usar un sampler de 5 notas de una versión orquestal de The Last Time, de The Rolling Stones e interpretada por la Andrew Oldham Orchestra. Reciben autorización de Decca Records y el single sale publicado el 16 de junio de 1997, todo lo demás es historia. De forma inmediata se convirtió en un hit, tanto la canción como el genial video con un Ashcroft arrogante caminando a contracorriente por una concurrida Hoxton Street. La canción fue nombrada por NME y RollingStones como la mejor de ese año. Y siempre será una de las canciones que encabecen las listas con las mejores canciones (Brit Pop o no) de la historia. Allen Klein, antiguo manager de The Rolling Stones hasta 1970 y que además poseía los derechos de sus canciones hasta esa misma fecha, vio el revuelo que estaba causando la canción de The Verve y decidió demandarles abogando que la banda se había excedido usando un extracto más largo de lo inicialmente pactado. Ashcroft y los suyos siempre lo negaron diciendo que habían hecho más de 50 arreglos en la canción, pero Klein era el magnate de ABKCO Records y ellos entonces, pese al tercer disco, no dejaban de ser unos recién llegados.

Resuelven el conflicto fuera de los juzgados ya que estaban bastante seguros de que incluir a Mick Jagger y Keith Richard como compositores y entregar el 100% de los derechos a ABKCO Records era más barato que ir a un juicio que posiblemente perdieran. ¿Cuántos millones de dólares, libras o euros habrá dejado de ganar The Verve por esto? En 2018 Richard Ashcroft seguía cabreado con la monumental injusticia sufrida con Bitter Sweet Symphony, lo demuestra en la canción Money Money de su disco Natural Rebel donde suelta perlas como “You know your songs mean nothing / You know your riffs do nothing / Money Money makes the world go round”.

El punto de inflexión para todos quizá viene cuando el hijo de Allen Klein, Jody Klein, se hace cargo de ABKCO Records y Ashcroft ve entonces la posibilidad de recuperar su canción. Y lo hizo, 22 años después. Suponemos que la espera, aunque larga habrá merecido la pena. Ahora todas las reediciones que se publiquen del Urban Hymns en los títulos de crédito se acreditará la canción al auténtico creador: Richard Ashcroft, al igual que en el single publicado en junio de 1997; antes de que el dinero enturbiara la historia de una de las mejores canciones de todos los tiempos.

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